En una casa solariega del barrio de San Pedro, con sus cuatro balcones abiertos a mediodía y su portón de recia madera, nació en 1862 un hiteño ilustre: Juan Manuel Priego Jaramillo. Sus principales méritos y trayectoria profesional se pueden consultar en una biografía elaborada por Carlos Barciela para la Real Academia de la Historia. Don Juan Manuel abandonó muy joven su casa natal. Estudió la carrera de ingeniero agrónomo y pasó sus primeros años de profesión en las Islas Filipinas. Después, ya en España, se convirtió en profesor y llegó a ocupar una plaza de catedrático en la Escuela de Ingenieros Agrónomos de Madrid.
Entre 1899 y 1934, escribió y publicó una gran variedad de artículos y libros referentes a la ciencia de la arboricultura y la jardinería. De sus libros, podemos destacar los dedicados al cultivo del tabaco y, sobre todo, los que tratan de las variedades del olivo, un árbol muy apreciado en estas tierras por aquellos tiempos. Como experto mundial en la materia, participó en cinco congresos internacionales de olivicultura. Seguramente, durante todos estos años, don Juan Manuel siguió visitando su casa natal y a su familia aprovechando los días de descanso estival. En la planta alta, disponía de un despacho con biblioteca donde podía trabajar.
Durante la última etapa de su carrera, desempeñó el cargo de inspector jefe del Cuerpo de Ingenieros del Ministerio de Agricultura. Participó en numerosos actos por toda España y supervisó también las actividades de la llamada Cátedra Agrícola Ambulante, un ciclo de conferencias organizadas por el Ministerio para transmitir conocimientos prácticos a los agricultores. En el Centro de Estudios de la Universidad de Castilla-La Mancha, se conserva un ejemplar del diario “La Voz de Cuenca” donde se informa de una de estas charlas impartida en el teatro de aquella ciudad en 1928. Don Juan Manuel pronunció un discurso que comenzaba con estas palabras recogidas por el redactor del periódico:
“El inspector Sr. Priego Jaramillo […] pone de manifiesto las excelentes ventajas
del árbol, que nos da sombra en verano, calor en invierno, y sus maderas sirven
lo mismo para fabricar la cayada del pastor que para confeccionar el trono de
los reyes …”
Don Juan Manuel falleció en Madrid en el año 1940. En el
pueblo, la conocida popularmente como casa de “Los Juanmanueles” siguió
habitada por sus familiares durante cuatro décadas más. En 1973, el Ministerio
de Educación expropió una parte del edificio con el fin de reconvertirlo en
centro de estudios sobre el libro del Arcipreste. El proyecto, gestado por
Manuel Criado de Val, no llegó a realizarse y la casa acabó abandonada y
amenazando ruina. A mediados de los años 90, la Diputación de Guadalajara
costeó su reconstrucción. Hoy, en el antiguo solar de la casa de “Los Juanmanueles”
se levanta la Casa-Museo del Arcipreste.
¡Enhorabuena! por traernos la vida de alguno de los moradores de una casa emblemática de nuestro perfil urbano y cultural, una pieza extraordinaria para compilar nuestra historia. Y ¡gracias! por esa imponente imagen, un despertar al recuerdo.
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